Alcanzar los objetivos a lo largo de nuestra vida representa en muchas ocasiones lograr lo que se quiere, sin embargo mientras que unos lo logran otros no. Entonces la pregunta es ¿Cuál es el truco, que es lo que hacen los otros que no hacemos y nos gustaría hacer? Podría pensarse que esas personas están dotadas de alguna cualidad que los motiva o algo mágico que los lleva a obtener lo que desean.
Los fundadores de la PNL estudiaron con detalle los patrones mentales (se entiende por patrones mentales la base que condicionan el aprendizaje y la actuación de las personas, es decir, son el conjunto de Estrategias o Anclajes que consciente o conscientemente se alojan en nuestro subconsciente, modificando o modelando la forma en que enfrentamos una determinada situación en la vida, conduciéndonos al fracaso o al éxito.) que usamos cuando alcanzamos un objetivo y las diferencias cuando no lo logramos, y descubrieron que el diálogo interno (se entiende por dialogo interno esa plática que tenemos con nosotros mismos y que es la causa de muchos de nuestros sentimientos y conductas tanto positivas como negativas) que generamos es distinto, lo mismo que las imágenes, sensaciones y matices sobre nuestro proceso hacia la meta.
Cuando algún objetivo nos gusta y nos motiva, nuestros patrones mentales trabajan en conjunto y se dirigen hacia él sin importar los obstáculos, como ir al paseo o a la fiesta que nos gusta, salir de vacaciones, estudiar lo que es interesante para nosotros, etc. Así sin que nos cueste ningún esfuerzo y como por arte de magia cumplimos nuestro propósito y no lo sentimos como carga ni como un gran esfuerzo, porque fue placentero.
Cuando alguien nos invita a hacer algo que es agradable para nosotros no decimos «qué pereza», «la semana que entra», «un día de estos», «qué difícil», “tengo que hacerlo”. Cuando vas leyendo estas palabras considera el sentimiento que cada comentario te produce y revisa donde lo sientes, como lo ves y como lo oyes. Ahora veremos las consecuencias graves que este tipo de diálogo, sea interno o externo, opuesto al logro del objetivo, tiene en nuestros patrones mentales. Es la forma más fácil de torpedear sin darnos cuenta de que lo hacemos.
La mente necesita dirección e instrucciones claras para moverse. Hace lo que le pedimos, cuando se lo indicamos. Si no pedimos, no hace nada. Cuando pensamos en ir al cine, ya dimos la instrucción de arreglarnos para salir, tener dinero a mano para pagar, establecer horario, lugar, acompañante, cómo llegar. Me veo sentado en el cine, disfrutando de la película, me siento bien, oigo cosas interesantes, y aunque lloviera y aparecieran muchos obstáculos, llegaría. No nos damos cuenta de que llevamos a cabo este proceso. Si transferimos estos patrones a situaciones en las que queremos lograr algo no tan placentero, nuestra mente nos ayudará y será el motor para cumplir propósitos que nos cuestan trabajo. Alcanzaremos nuestros objetivos con menor esfuerzo porque nuestra mente ejecuta lo que le pedimos, siempre y cuando lo hagamos.
Los resultados son sorprendentes si el proceso se lleva a cabo paso a paso, pues así se entrena la mente para que descarte el lenguaje nocivo que nos detiene y obstaculiza para triunfar en lo que queremos.
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Regla para fijar objetivos
La regla básica para enunciar un objetivo es hacerlo en tiempo pre¬sente simple, positivo y afirmativo.
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Al plantearlo es importante hablar en presente
La mente reconoce e interpreta mejor ese tiempo verbal; incluso hay que tener cuidado con el «voy a…», pues implica futuro. Ejemplo: compro mi casa, hablo ante mucha gente, termino mi carrera, me caso, etc.
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Plantear el objetivo en forma positiva aumenta la posibilidad de éxito
Hablar más de «quiero dejar de fumar » que dé «tengo o debo dejar de fumar » suena que se hace por obligación.
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Hacerlo afirmativamente evita el boicot
«No quiero engordarme «suena bien, sin embargo, me visualizo gordo; mejor «quiero estar delgada» (me visualizo delgada), eliminar el «no».
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Entrena tu mente para dejar de usar estas expresiones que sólo confunden y boicotean tus intentos de lograr alguna meta. Simplemente hay que recordarlas.
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