Consejos para ser feliz

Levantarnos temprano diariamente puede jugar un papel crucial en nuestra salud mental, debido a que previene que suframos de insomnio, un factor de riesgo en el desarrollo de la depresión.

Hay días en los que nos sentimos llenos de alegría y con ganas de comernos al mundo, pero de la nada y sin previo aviso llega a tu mente un pensamiento que rompe esa energía, un pensamiento negativo que hace tanto ruido en tu cabeza que te cuesta concentrarte en lo que venías haciendo. ¿También te ha pasado?

Para mantener la mente en forma no tenemos que realizar agotadoras rutinas, solo hace falta disposición y persistencias. Además, es importante tener en cuenta la importancia de cuidar nuestra mente y salud mental pues no es algo que se pueda recuperar fácil.

Para contrarrestar un poco el efecto negativo que tiene una acelerada rutina en nuestra vida y de la cual nos cuesta tomar un respiro en muchas ocasiones, podemos integrar algunas prácticas en nuestro día a día que nos permitan mejorar nuestra conexión con el momento presente a través de los sentidos y así evitar que nuestra mente divague entre varios pensamientos que no tienen relevancia en ese momento. Este tipo de prácticas que busca bajar el ritmo de vida de lo urgente e instantáneo se pertenece a un movimiento conocido como Slow-living.

Además de los múltiples beneficios que tiene el contacto con la naturaleza en los seres humanos, debemos tener en cuenta que hoy en día vivimos en tiempos tecnológicos

Darle mil vueltas a una situación que ya viviste o alguna conversación que tuviste en el pasado te agota y te genera una sensación de increíble impotencia.

Hay muchos más factores que debemos tener en cuenta al momento de establecer objetivos para realizar una labor, debido a que estos elementos juegan un papel fundamental para la correcta gestión del tiempo.

La zona de confort es un estado psicológico en el que una persona prefiere mantener una rutina con un bajo nivel de riesgos, esto por el miedo a la idea de desenvolverse en nuevas experiencias.

Para la mayoría de las personas, la procrastinación se basa en el aplazamiento de responsabilidades por otras actividades que nos son más gratificantes, pero, que a la vez son más insignificantes.